Nací y me crié en Fajardo. Un pueblo mucho mas pequeño que lo que es ahora. Creo que mis recuerdos fueron comunes en otros pueblos pequeños.



Había unas personas que eran conocidos por todos. El primero, el alcalde. En su casa siempre había gente que venían a buscar soluciones a sus problemas, Siempre había algo de comer para el visitante.



El médico_ que atendía los pacientes, y a veces le pagaban con una gallina o con viandas, y que en ocasiones el médico le daba el dinero para las medicinas.



El farmacéutico _ era muchas veces a quien primero consultaban para los asuntos de salud. Les ponía las inyecciones, les daba “toques en la garganta”, y les curaba las úlceras. Muchas veces era también el confidente de los problemas personales.



El “Postmaster”_ y el colector de rentas internas_ personas de reconocida honradez y confiabilidad, al igual que al gerente del Banco.



El capitán de la Policía, el juez y algún abogado componían los guardianes de la seguridad del pueblo.



Pero si duda los mas importantes eran los vecinos. Acompañaban a uno en las alegrías y en las desgracias. Compartían lo que tenían y se converían en verdadera familia.



De estos pilares del pueblo actualmente solo nos quedan , ! los maestros…y el cura!