Por lo general, el sacrificio se ofrece con mantequilla clarificada y granos, pero, con el progreso del tiempo, la sociedad humana ha producido una variedad de artículos mediante la transformación de materiales suministrados por la naturaleza material de Dios. Así pues, la sociedad humana debe aprender a ofrecer sacrificios no solo con mantequilla clarificada, sino también con otros bienes manufacturados, para la propagación de la gloria del Señor, y eso brindará la perfección a la sociedad humana.