Como todo es una parte integral del Todo Completo, el estudiante neófito llegará a comprender perfecta y gradualmente los himnos del Īśopaniṣad que declaran que el Señor Supremo está en todas partes, y así aprenderá el arte de no cometer ninguna ofensa contra el cuerpo del Señor. Este sentido de mentalidad centrada en Dios disminuirá el orgullo con el que uno desafía la existencia de Dios. De ese modo, uno puede aprender a respetar todo, pues todas las cosas son partes integrales del cuerpo supremo.