Hace 10 meses, y en el medio de la pandemia, Lyan tuvo un parto prematuro de 31 semanas que resultó en una hospitalización de su bebé. Con la intención de lactar, se encontró obligada a extraerse la leche sin ninguna orientación en la gestación sobre esta posibilidad. No pudo tomar a su bebé en brazos hasta dos semanas de nacer y no lo llevó a su casa por un mes. Buscó mucha ayuda con la intención de relactar a su bebé pero en el proceso se enfrentó a muy poca orientación sobre la extracción. Incluso, enfrentó mucha resistencia profesional en cuanto al uso de la máquina y el biberón cuando era necesario para ella. En este proceso, ella misma se auto educó y a lo largo se ha convertido en experta en la lactancia diferida. Escucha esta historia, que nos reta a nosotres como proveedores y conmueve a las personas que lactan para apoyar a personas que pasan por este proceso. Si quieren encontrar a Lyan en las redes como Pumping Goddess Lyan o en su página electrónica.