El cuerpo y las cuerpas no son ofensivos. Usar las palabras anatómicamente correctas, sin necesariamente asignarles un sexo, no es una vulgaridad. Exploramos el uso de eufamismos y lo saludable que es poder decir teta, pecho, pene, vulva, y no estar diciendo nada malo. Al contrario, estamos educando a futuras generaciones sobre cómo identificar y defender su privacidad y su autonomía corporal.