Aprovechando la presencia de dos veteranos consultores de municipios (Dennis Román y Carlos Olmedo) nos dedicamos en el programa de hoy a averiguar qué hay de bueno y no tan bueno en la forma en que se ejerce el gobierno municipal en Puerto Rico. Para ello nos acompañó como panelista el economista y planificador Juan Manuel Rodriguez Santos.



Empezamos repasando lo bueno: ejemplos de grandes alcaldes que ha tenido Puerto Rico. De ahí sacamos algunas lecciones. Según Román, la misión de un municipio se concreta en tres aspecto:

1) Obras (construcción)

2) Servicios (al ciudadano) y

3) Actividades (sociales y culturales).



Según Olmedo, lo más insustituible de lo que hace un gobierno municipal, es la parte de Servicios. En las otras hay más probabilidades de que el dinero se malgaste, se use en prioridades no óptimas. De hecho, Rodriguez Santos sugirió que el manejo de escuelas debiera ser, en su mayoría, una atribución municipal, más que estatal, como es en Puerto Rico.



De hecho, encontramos, durante la discusión, que hay otra serie de funciones que se harían mejor a un nivel más regional, como son las funciones de:

• Planificación (dejando una oficina de gestión de permisos a nivel municipal)

• Programas federales

• Recogido de basura

• Policía Municipal



Olmedo nos llamó la atención sobre el formato de "empresas municipales" como un forma muy eficiente para un municipio manejar facilidades: el alcalde puede crear una empresa municipal, que responde a una junta de directores nombrada por el gobierno municipal pero que funciona como una empresa privada en su forma de hacer compras y contratar personas, sin tener que pasar por subastas ni contrataciones tediosas.



Finalmente, en la cuestión espinosa de si se debe reducir el número de municipios de Puerto Rico, Dennis Román propuso la existencia de, además de los municipios existentes, de poco más de 6 regiones (Norte, Sur, Este, Oeste, Centro y Metro) mientras que Bobby Lopez propuso dejar el mismo número de municipios y alcaldes, pero vaciarlos de atribuciones, de forma que se quedaran para atender personalmente a las necesidades de los habitantes, pero no con un presupuesto, sino a base de referirlos a instituciones regionales donde se concentren los centros de poder.