Cuando uno va a la oficina de un médico, le gustaría que lo atendieran en seguida. Las largas esperas no las consuela el que le digan que por eso al enfermo le llaman “paciente”.



Quiero exponer otros puntos de vista que usualmente el paciente desconoce.



En nuestra cultura, el ausentismo es muy común. Cuando se habla de cobrarle al paciente por la cita que se perdió, usualmente el paciente sugiere “cóbreselo al plan”, lo que constituiría fraude. Por eso tanto médico utiliza el sistema de “por orden de llegada”.



En los casos donde el paciente es el responsable del pago, se le asigna un espacio de tiempo y el paciente cumple o lo tiene que pagar. Esto es común con los dentistas y los siquiatras.



Otra situación interesante son los envejeciéntes. Para muchos, la visita al médico es el evento social del día: por un rato rompen la soledad en que viven.

Con frecuencia, aunque la cita sea para las once de la mañana, ya ellos están allí desde las siete, y le cuentan a todos sus problemas de salud, las cirugías pasadas los problemas de los hijos, la preocupación con el retiro, etc,



En las salas de emergencias, la presencia de pacientes que no quieren perder día de trabajo, hace que se dilate mas el atender las verdaderas emergencias por estar atendiendo visitas de conveniencia.



Vale la pena recordar que cuando usted vea una oficina médica llena de pacientes no necesariamente indica que el médico es bueno, sino que es evidencia de que es mal administrador.