Reflejar el amor de Dios

Tal vez no veamos como nuestras experiencias con Dios nos van cambiando , y sin duda, nuestra transformación no será tan fisicamente evidente como el rostro brillante de Moisés.


Sin embargo, a medida que pasamos tiempos con Dios y les rendimos nuestras vidas más y más cada día, podemos reflejar su amor.


Nuestro tiempo a solas con Dios nos cambia y lleva a otros a su amor.


«’No sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía después que hubo hablado con Dios’» (Éxodo 34:17)