¿Eres feliz o finges?

Muchas personas viven sin reflejar lo que están sintiendo: sonrientes por fuera, pero tristes por dentro.


Vive realmente tu vida, no finjas. Al único que engañas es a ti mismo. Cultiva tu vida espiritual con Dios.


No importa cuán difícil piensas que es tu situación: “...Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios…” Si tú entendieras cómo Dios es y lo que quiere para ti, te arrojarías a sus brazos y no saldrías de ellos jamás. Arroja tu máscara, ríe y gózate en Dios.


«'Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso’» (Mateo 11:28)