Hemos estado estudiando sobre el compromiso que Abraham hizo a Dios respecto de su familia.  Primero, fue Ismael – el dejarlo ir a la clase de vida y lugar donde Dios lo bendeciría.  Luego, él devolvió Isaac a Dios – lo entregó a la voluntad de Dios de vida o muerte.  Años más tarde (cuando Abraham tenía 137 años e Isaac 37) la muerte llamó a su compañera de vida, y él tuvo que entregar a la tumba el cuerpo de Sara.  Después, él entregó a Dios el asunto de encontrar una esposa adecuada para Isaac. Sara murió a la edad de 127 años.  Ella es la única mujer cuya edad y muerte se registra en la Biblia (una indicación de su distinción e importancia).  Sara había sido una obediente y digna compañera de Abraham, una coheredera de las promesas divinas, y un enlace necesario en el cumplimiento del pacto.  Pedro la honra como ejemplo de belleza interna, respeto, y obediencia (1 Pedro 3:4-6).  Evidentemente el amor de Abraham por ella había sido genuino y tierno.  Ahora ella yace en silencia y fría.