En la parte I vimos en rasgos generales qué es lo que pasa cuando ingerimos una comida alta en carbohidratos. En la parte II, qué ocurre cuando llega al músculo. Ahora veremos qué es lo que tiene que pasar para que llegue a nuestro tejido adiposo y se almacene allí en forma de grasa, además de un montón de detalles interesantes. ¡A por ello!

Glucosa: de la sangre a almacenarse en forma de grasa

En una persona delgada esa glucosa se usará principalmente en los músculos ya que a la hora de comer estarán en un estatus de energía bajo. En cambio, en una persona obesa sus células musculares estarán en un estatus de energía alto, rechazando gran parte de esta glucosa que irá a parar al tejido adiposo (estudio). Esto ocurre porque el músculo es mucho más activo metabólicamente que la grasa, pero esa cantidad mayor de grasa corporal actúa a su vez como un pozo de glucosa para compensar la resistencia a la insulina.

Aún así necesitamos ácidos grasos para almacenar esa glucosa en forma de grasa. Si comes grasa, esa será la fuente que utilizará tu cuerpo para ese propósito, pero el estatus de energía será el que determine si esa grasa a su vez se usará para almacenar esa glucosa en forma de grasa.

Necesitas glucosa para almacenar la grasa que comes

Necesitamos glucosa para almacenar la grasa ingerida, pero no necesitamos ingerir dicha glucosa, ya que como vimos al principio del artículo, nuestro hígado es capaz de producirla.

Al igual que los carbohidratos, la grasa es absorbida a través del intestino delgado, va al corazón y de ahí es bombeadas al resto del cuerpo.

Alta AMPK + baja insulina son características de condiciones de baja energía y va a hacer que se incremente el uso de grasa como combustible en los músculos (corazón incluído) y baje su uso en el tejido graso (para almacenar la glucosa en forma de grasa). Esto se traduce que en un estatus de energía bajo, la grasa ingerida primero es usada por el corazón, después por los músculos y sólo si obtenemos más de la necesaria la mandaremos al tejido adiposo.

Esto abre la cerradura LPL en el corazón y los músculos y la cierra en el tejido adiposo. La cerradura LPL abre o cierra la puerta a las grasas.

De esto podemos concluir que la grasa ingerida se almacena en forma de grasa sólo en estos 3 casos:

Cuando tenemos más energía de la que necesitamosCuando tenemos muchos carbohidratos disponibles como combustible alternativo a la grasaCuando se cumplen las dos anteriores

Cuando la ingesta de carbohidratos es capaz de estimular al páncreas para segregar insulina, ésta provoca que la cerradura LPL en músculos y corazón se cierre (y comiencen a consumir glucosa) y se abra en el tejido adiposo. Es decir, cuando tenemos la insulina elevada facilitamos que la grasa ingerida se transforme en grasa.

Pero cuando nuestros adipocitos (células grasas), no quieran más grasa, también va a contribuir a segregar más insulina. Esto ocurre cuando tenemos obesidad, resistencia a la insulina o tras una comida muy alta en grasa. Lo que va a provocar que la cerradura LPL se cierre aún más en el músculo y se abra en el tejido adiposo haciendo que menos glucosa vaya a éste y más al tejido adiposo.

Almacenas muy poca grasa a partir de los carbohidratos que comes: La Lipogénesis de Novo, una manera poco eficaz de ponerte gordo

El mecanismo que nuestro cuerpo utiliza para almacenar glucosa en forma de grasa es la Lipogénesis de Novo. Veamos algunos ejemplos de cuánta grasa podemos almacenar por esta vía (estudio):

Si nos alimentamos de una dieta occidental (western diet) se almacenan de 1 a 2 gramos al día.Si eres diabético, obeso, estás pasando por un proceso infeccioso, tienes una enfermedad inflamatoria o eres mujer y justo estás en esos días del mes, podrías almacenar de 3 a 6 gramos de grasa al día.Si tomamos una dieta alta en hidratos y baja en grasa (70% CH, 15% grasa) podías almacenar unos 10 gr de grasa al día. Incluso con estas cifras estamos hablando de q...