Hay personas que son gestores de situaciones tóxicas porque asumen la tristeza, frustración y desencantos de las personas de alrededor. Es una función esencial en cualquier organización, aunque en muchas ocasiones pasa desapercibido y no es valorado.

Guardan loas confidencias, mantienen el espíritu positivo, solucionan problemas interpersonales, absorben la negatividad de otros y permiten a otros volver relajados a su tarea diaria.

De ellos hablo en el episodio de hoy