Es muy frecuente que cuando vayamos a contratar a alguien prefiramos a aquel que creamos que no nos va a dar problemas porque de este modo todo será más sencillo.

Este es uno de los errores más frecuentes. No niego que a corto plazo eso puede ser cierto, pero a largo plazo necesitamos con nosotros a personas que nos reten, que nos desafíen, que nos hagan crecer y esas no las vamos a encontrar en los conformistas.