Soy el primero en que insiste en que para que las cosas vayan bien profesionalmente hay que esforzarse mucho en varios sentidos. Uno de ellos es empujar como nunca, como una bestia parda como me gusta decir.







Pero ojo, la potencia sin control… peligro. Y eso es de lo que os quiero hablar hoy.







De lo peligroso que es apretar sin control porque el exceso de trabajo puede causarnos muchos problemas personales, físicos y en nuestra cabeza que terminen repercutiendo en nuestro trabajo y causando el efecto contrario que buscábamos.











Así que dejadme que os cuente todo lo que he aprendido en diferentes etapas en las que he apretado más de la cuenta y me he pasado.







Como siempre, intento sacar incluso de los errores como este algo interesante de lo que aprender para que no vuelva a ocurrir y hoy lo quiero compartir con vosotros.







Continuamos mañana con un episodio muy especial, el nº 1.000!







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¡Hasta mañana!

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