La ambición tiene muy mala fama. Culturalmente hemos sido bombardeados de ejemplos de ambición con muy malos ejemplos. Siempre relacionados con tiburones profesionales o personas con pocos escrúpulos y por eso creemos que ser muy ambicioso es malo.







Hoy quiero desmontar este mito pero, sobre todo, compartiros mi forma de entender la ambición y por qué creo que es un motor para empujar como nunca y conseguir grandes cosas.











Y lo que voy a hacer es contaros lo qué no es y lo que si es, en mi opinión la ambición así que antentos al episodio de hoy porque se que a muchos se les va a encender más de una bombilla 🙂







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