La mediocridad nos vigila muy de cerca. Está dándonos vueltas todo el rato esperando a que nos durmamos profesionalmente para adueñarse de nuestro trabajo o, lo que es peor, de los resultados del mismo.







Y lo hace con todo.







No discrimina.







Da igual de dónde vengas, a qué te dediques o la empresa en la que estés.











Hoy quiero reflexionar sobre ello para que seamos conscientes de que todos podemos caer en sus brazos y «morir» profesionalmente por su culpa.







Os lo cuento en el episodio de hoy.







Gracias por empezar una semana más conmigo y por vuestras valoraciones de 5 estrellas en iTunes y vuestros me gusta y comentarios en ivoox y Spotify.







¡Hasta mañana!