Estrenada con bombástica campaña por Amazon Prime, allá por 2018, The Romanoffs fue un intento fallido por conseguir una suerte de imposible: un producto en clave de miniserie que conjugara sofisticación, calidad, perfil estelar y una denuncia al propio sistema que sustenta todo lo anterior. Los esfuerzos del streamer fueron en vano. Su audiencia potencial no alcanzó a entender ni abrazar un concepto claro, pero extremadamente difícil de vender: la mayoría de los inicialmente interesados abandonaron después de un par de capítulos, y hoy la serie languidece arrumbada entremedio de mucho material desechable, pero que cuenta con más tráfico y atención. Mala cosa, porque el show que Matthew Weiner creó después de su brillante Mad Men merecía más, tanto por su laboriosa escritura como por los recursos empleados —rodajes en tres continentes, capítulos en formato largometraje, extraordinario elenco—, y sobre todo por su arriesgada propuesta de situar a la malograda familia imperial en una suerte de crisol cultural y social que concentra intereses de clase, hábitos de consumo, preservación del propio legado y continua fascinación por el prestigio de una nobleza de siglo XIX que a estas alturas del XXI debería estar largamente superada y olvidada. Sólo que no lo está. ¿Cuál fue el error de Weiner? Que tamaña ambición sólo fue satisfecha (y con creces) en cuatro de los ocho capítulos, a saber: 4, 5, 7 y 8. Sobre esos episodios, y un poco de los otro, se habla en este podcast.