En 1971, la familia Loud se convirtió en sujeto de un experimento único: un equipo de documentalistas registraría durante varios meses su vida diaria, la cual sería expuesta en una serie llamada An American Family, que sería emitida por la PBS, la televisión pública estadounidense. El proyecto era una consecuencia directa de la enorme evolución experimentada por las técnicas del cinema verité (cine directo), pero en la práctica se convirtió en algo más: el punto origen para la telerealidad. El reality. El cineasta y humorista Albert Brooks fue pionero a la hora de percibir las posibilidades satíricas del formato en Real Life (su opera prima de 1979), pero el interés y escándalo público generado por la transmisión —que acabó con los Loud convertidos en personajes mediáticos—, se replicaría en forma planetaria cuando en los años 90, programas como Gran Hermano y Real World usaron esas similares estrategias, gatillando una inquietud que Hollywood catalizó mal en The Truman Show (1998) y bastante bien en Ed TV (1999). Para entonces, los reality se habían convertido en su propia industria, generando miles de horas de televisión que hoy, a veinte años de distancia, están lo bastante metidas bajo nuestra piel como para que nuestras propias redes sociales funcionen, generen contenidos y sean consumidas en clave reality: ya no parece necesario establecer que es real y que no. A juzgar por el testimonio de Cinema verité (2011), un filme basado en la experiencia de Gilbert y los Loud, ese límite se había quebrado desde el inicio mismo. Sobre eso y otras cosas se trata este podcast.