Un actor estelar de su época se embarcó en estos dos proyectos –los que codirigió con distintas personas–, en parte por ambición artística y en parte para potenciar su carrera sobre las tablas. El primero es una cinta heredera del romanticismo decimonónico alemán, especialmente en sus facetas más ominosas, que anticipaba el expresionismo por venir. En efecto, esa ominosidad se tomó la pantalla completa durante el metraje completo, primero con el Dr. Caligari (de Wiene), y después con El Golem, el segundo proyecto de Wegener del que hablaremos en este podcast.