El atentado contra CFK provocó inicialmente el deseo-idea de que esa tragedia que no fue podía ser un punto de inflexión al discurso del odio. Pero no. Por el contrario, lo ha recargado, porque la radicalización de la derecha política, mediática y judicial se alimenta de discursos de odio. Editorial de Alfredo Zaiat en Cheque en Blanco #AContramano