A veces, por el roce de los bambúes entre sí, surge el fuego, y quema todo un bosque. De igual manera, en el gran bosque de las transacciones mundanas, el fuego de la guerra surge como consecuencia de la violenta pasión de las almas condicionadas que se encuentran ilusionadas por la energía externa. Semejante fuego mundano solo puede extinguirse mediante el agua de la misericordiosa nube que son los santos, tal como un incendio forestal solo puede extinguirse mediante las lluvias que caen de una nube.