Debido a la energía inconcebible del Señor, todo elemento creativo tiene sus propias potencias, conocidas como la potencia del elemento, la potencia del conocimiento y la potencia de las diferentes acciones y reacciones. La manifestación de la creación, la manutención y la aniquilación a su debido tiempo y mediante diferentes agentes, existe en virtud de una combinación de estas energías potenciales del Señor.