Desde su mismo nacimiento, Uddhava era, por naturaleza, un devoto de Śrī Kṛṣṇa, un nitya-siddha, un alma liberada. Por un instinto natural, solía servir a Śrī Kṛṣṇa ya durante su infancia. Solía jugar con muñecos que tenían la forma de Kṛṣṇa, servía a los muñecos vistiéndolos, alimentándolos y adorándolos, y, de este modo, estaba constantemente absorto en jugar a la iluminación trascendental. Esas son las señales de un alma eternamente liberada. Un alma eternamente liberada es un devoto del Señor que nunca Lo olvida.