"El Dibu está muy bien, muy contento. Sorprendido como todos del fanatismo acá en China, de la repercusión, de la popularidad, de la euforia china por verlos. Me preguntaba cómo podía ser que fuese tanto el fanatismo. Lo que pasó el año pasado con el Mundial acá es que agarró a China en plena post pandemia con la gente encerrada, la gente se volcó mucho. Se tomaron el triunfo de Argentina como un gesto de esperanza. Terminó el Mundial, gana Argentina y abre China de nuevo. China es muy simbólica, lo tomaron como algo cuasi propio", Andrea Gottschalk, marplatense en Beijing, que estuvo con el Dibu Martínez.

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