Se estima que la dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel, afecta a uno de cada 10 argentinos. Es muy común en los niños, pero los especialistas afirman que puede aparecer en cualquier momento de la vida, como la adultez. La enfermedad se caracteriza por brotes frecuentes, picazón intensa, irritación, dolor, enrojecimiento, costras e infecciones y las lesiones pueden ubicarse en la cara, el cuero cabelludo, las orejas, el dorso de las manos y las zonas de flexión de las extremidades.


En la dermatitis atópica intervienen factores genéticos, ambientales, alteraciones inmunológicas y problemas en la función de barrera de la piel. Existen otras enfermedades desencadenadas por el mismo proceso inflamatorio y es muy frecuente que coexista con diferentes afecciones alérgicas.


“En los primeros años puede aparecer solo como dermatitis, pero luego, puede coexistir con o preceder a otras manifestaciones alérgicas como la alimentaria, la rinitis o el asma. Estas enfermedades asociadas no deben descuidarse porque si, por ejemplo, no tratamos el asma la función pulmonar se verá afectada, si no tratamos la rinitis alérgica o la alergia alimentaria toda la calidad de vida del paciente se verá impactada”, afirmó el doctor Maximiliano Gómez (MN 174.006), especialista en alergia e inmunología y presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC).


Actualmente existen varias herramientas y opciones de tratamiento aprobadas para esta enfermedad, desde medicación oral hasta terapia biológica. Estas alternativas están dirigidas a mejorar las manifestaciones de la piel, a reducir y controlar la picazón y prevenir las exacerbaciones.


Esto debe acompañarse de otros recursos como la identificación de factores desencadenantes y agravantes y una adecuada información sobre el cuidado de la piel y las expectativas basadas en el conocimiento de la enfermedad. Y tener en cuenta que el tratamiento debe ser personalizado para cada paciente.


La picazón, principal síntoma de la enfermedad, no es un aspecto menor, las personas a las que la piel les pica en forma crónica e intensa (que sucede en contextos o situaciones imposibles de controlar como la escuela, el trabajo, en el transporte público, en un evento social o al intentar dormir) tienen el triple de posibilidades de desarrollar depresión y el doble de experimentar ansiedad.


Escuchamos en este episodio a la Dra. Adriana Bassotti, médica Dermatóloga…