Olvídate de Mao, Iberdrola o Echenique. El verdadero villano es diminuto y está cubierto de pelo. Viajamos al centro de La Verdad en un trasunto lleno (y relleno) de figuras públicas, ofensas gratuitas y fallos de sonido. También hay lecciones de Historia y moralinas que no vienen a cuento. Una sinfonía que te dejará ciego, si no hace que tus hijos se quiten la vida avergonzados de sus progenitores. Tú verás. ¡Bienvenido a la tercera temporada!