Ya no tenemos que cargar con la ropa hasta los lavaderos públicos y destrozarnos las manos en el agua fría. No necesitamos cortar leña para calentarnos. Y el ordenador nos permite reescribir un texto sin que eso implique repetir la página entera cada vez que lo hagamos. Sí, parece que somos una especie en evolución y que el progreso nos ha traído una mejor calidad de vida y más igualdad. ¿Y si además nos estuviera volviendo más tontos?