Unamuno, en su obra «Niebla», escribió: “…entró de puntillas y sin ruido, como un ave peregrina, y se la llevó a vuelo lento, en una tarde de otoño. Murió con su mano en la mano de su hijo, con sus ojos en los ojos de él…”
Lo que nos conmueve de esta escena es la proximidad, el contacto físico que acompaña a la persona querida en ese trance final, pero… ¿Y si no fuera posible ese contacto? ¿Y si no pudiéramos estrechar la mano y mirar a los ojos de quien se va…?
Tal vez, uno de los mayores impactos emocionales que podamos vivir, sea no poder estar junto a un ser querido en el momento de su partida. ¿Cómo superar el duelo en esas circunstancias? Este es el propósito de nuestro artículo, ayudarte, si tú nos lo permites, proporcionarte algunas pautas y recomendaciones para el afrontamiento emocional de las pérdidas en estas especiales condiciones que está creando el Coronavirus.