Una pastilla efervescente. Eso fue el Lugo. Cuando  parecía que iba a cambiar el planteamiento de los encuentros anteriores  por parte del conjunto gallego aplicando una presión dura, el Málaga golpeó primero. Lo hizo a través de Genaro, que se vistió de Lewandowski para sacar un remate impecable que acabó en el fondo de las mallas. El equipo de José Alberto lo dejó claro: en mi casa mando yo.


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