Al Unicaja no le dejaron estar en la semifinal de la Copa del Rey. La canasta con la que Abromaitis forzó la prórroga pudo haberse convertido en un 2+1 si los árbitros así lo hubiesen querido. Pero no, ni la revisaron. Ahí hubieran visto el agarrón al jugador del Unicaja. Ya en la prórroga no le quedaron fuerzas suficientes para luchar contra el Barça donde Higgins se hizo gigante para firmar el definitivo 103-93.


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