Sta. Teresa había fundado ya ocho conventos con la regla del Carmelo reformado cuando el Señor, a través del llamamiento de sus superiores, le pide volver a su monasterio de la Encarnación como priora. Fue, seguramente, la obediencia más difícil de su vida. A pesar del descontento de las monjas de la Encarnación entra en el convento, y, con gesto verdaderamente inspirado, pone a la Virgen en la silla prioral anunciando que ella será solo la vicaria de Nuestra Madre del Cielo. Para poner orden, sobre todo orden espiritual, trae a S. Juan de la Cruz para que fuera, junto con el P. Germán, confesor y director espiritual de la comunidad. De todas estas circunstancias, vividas por Sta. Teresa en uno de los momentos más delicados de su vida, nos habla en el sexto programa de este bloque de Marcando el Norte sobre «Santa Teresa de Jesús», el P. Rafael Pascual Elías, Carmelita Descalzo y experto en Santa Teresa de Jesús.