Ocurre más de lo que nos pensamos. En grandes ocasiones, justo cuando estamos a punto de alcanzar un sueño o, al menos, estamos cerca de acometer un gran avance en el camino hacia éste, nos echamos hacia atrás. Nos pueden en ese momento los miedos de no sentirnos 100% preparados, de que nos vaya a quedar grande la situación y acabamos por sabotearnos a nosotros mismos.

Así lo explica la web lamentemaravillosa.com en un artículo en el que aborda la personalidad autosaboteadora. Una personalidad que es más común de lo que creemos y que nos impide alcanzar aquello por lo que siempre hemos suspirado. Tiene mucho que ver con la comodidad que se siente al permanecer por siempre en la zona de confort y al riesgo o a los riesgos que se corren cuando uno se dispone a salir de la misma.

Sin duda, quedándote en el sitio te evitarás pasar por momentos de nervios, incertidumbre, impaciencia y, por qué no decirlo, angustia. Las nuevas situaciones pueden traer muchos dolores de cabeza, es cierto. Pero, por poner una metáfora, si no damos el paso y nos tiramos a la piscina, nunca conoceremos qué tacto tiene el agua, cómo actúa nuestra propia piel al entrar en contacto con ella y, por supuesto, nunca aprenderemos a nadar.