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En este episodio decidimos hablar sobre una fe indómita, esa fe que no se da por vencida, que siempre tiene un objetivo y que nos ayuda a que nuestros actos le hablen a los demás de Dios, muchas veces confundimos la Fe con prosperidad, pero la verdadera Fe es la que nos hace seguir viviendo conforme a la voluntad de Dios no importando que suceda alrededor de nuestras vidas.


La base bíblica de este día es:


1 Corintios 4:10-13 PDT


Por la causa de Cristo, nosotros nos hemos convertido en tontos, mientras que para ustedes seguir a Cristo significa que son sabios. Nosotros somos débiles, pero ustedes creen que son fuertes. A ustedes los honran y a nosotros nos desprecian. Incluso ahora, tenemos hambre y sed, nos hace falta ropa, la gente nos maltrata y no tenemos un hogar. Tenemos que trabajar mucho para vivir. Cuando nos maltratan con palabras, hablamos bien de ellos. Cuando nos persiguen, lo soportamos. Cuando dicen algo malo de nosotros, les hablamos amablemente. Hasta hoy, nos tratan como la basura del mundo, como los desechos de todos.


Hechos 16:20-34 PDT


Cuando los presentaron ante las autoridades, les dijeron: —Estos judíos están alborotando nuestra ciudad. Están enseñando costumbres que nosotros, como ciudadanos romanos, no podemos aceptar ni practicar. La multitud se unió en contra de Pablo y Silas. Las autoridades rasgaron las ropas de Pablo y Silas y ordenaron que los azotaran con varas. Después de azotarlos mucho, las autoridades los echaron a la cárcel y le dijeron al carcelero que los vigilara muy bien. El carcelero, al escuchar la orden, los llevó bien adentro de la cárcel y les aseguró los pies en el cepo. A la media noche, Pablo y Silas estaban orando y cantando canciones a Dios, y los otros prisioneros los escuchaban. De pronto, hubo un temblor de tierra muy grande, tan fuerte que los cimientos de la cárcel temblaron con fuerza. Entonces todas las puertas de la cárcel se abrieron y las cadenas de los presos se soltaron. El carcelero se despertó y vio que las puertas de la cárcel estaban abiertas. Pensó que los prisioneros se habían escapado y tomó su espada para quitarse la vida, se iba a matar porque pensaba que las autoridades lo matarían por dejar que los prisioneros se escaparan. pero Pablo le gritó: —¡No te hagas daño! ¡Todos estamos aquí! El carcelero le dijo a alguien que trajera luz, corrió adentro y temblando de miedo cayó delante de Pablo y Silas. Entonces los llevó afuera y les dijo: —¿Qué debo hacer para ser salvo? Le respondieron: —Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y todos los de tu casa. Pablo y Silas les anunciaron el mensaje del Señor al carcelero y a todos los de su casa. A esas horas de la noche, el carcelero los llevó y les lavó las heridas. Inmediatamente fueron bautizados él y todos los de su casa. Después de esto, el carcelero llevó a su casa a Pablo y a Silas y les dio de comer. Él y toda su familia festejaron porque ahora creían en Dios.



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