Vivimos un tiempo histórico. Cuando se pierde la confianza en un líder, este tiene que reconocer que no tiene la autoridad para continuar. La mentira y la injusticia Dios las aborrece. El soberano es el pueblo, y el Soberano Mayor es Dios. Dios honra al que combate la mentira y la injusticia. Que no se quede en el misticismo. Ore por los que combaten en toda trinchera por lograr que florezca la verdad y por erradicar la mentira y la injusticia. Pero ponga acción en la palabra. Aspiramos a un proceso pacífico, no llegamos a protestar con violencia. Pero a veces en el proceso de ganar esta guerra contra la mentira, vamos a encontrar agonía, dolor y represión. Que eso no detenga a los que genuinamente creen que podemos enviarle un mensaje a los que abusan del poder. Esto no es un asunto de rojos, azules y verdes en una lucha politiquera. Esto es un asunto de todos los puertorriqueños retomando su democracia de esos mismos gobiernos que nos han llevado hasta este momento.