Temporada 5-Episodio 32:  ¡Dios ablanda mi corazón!


En la parábola del sembrador, en la que un sembrador esparce semillas en cuatro tipos de terreno con diferente resultado: la tierra junto al camino, el terreno pedregoso, la tierra con espinos, y el buen terreno (Marcos 4).


Los líderes religiosos son un terreno duro y compacto. No aceptan a Jesús porque tienen ideas arraigadas y preconcebidas.


La multitud es el terreno pedregoso. Encantados con Jesús, disfrutan de sus milagros, pero sus corazones no tienen profundidad.


Los familiares de Jesús, agobiados con su «fanatismo», viven en tierra de espinos.


Los discípulos, en cambio, son una humilde tierra. El terreno es bueno sin ser perfecto.


¿Y  te has preguntado tú como estás? Nosotros, como la tierra compacta de un jardín nuevo, a veces no damos suficiente lugar a lo que Dios nos quiere decir. Nos encerramos en nuestros propios esquemas y no nos ablandamos.Dios no solo poda lo visible, las ramas, sino que también labra la tierra de tu corazón, tan propensa a cualquiera de estos escenarios.




'Dichoso es quién no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores..., sino que en la Ley del Señor se deleita y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan...' (Salmo 1:1-3 NVI)