Jesús sale de Judea para ir a Galilea, puesto que sus seguidores, al decir que "Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan", estaba irritando a los fariseos. Su tiempo de morir no ha llegado todavía; por tanto, Él se retira del lugar. En su viaje pasa por la ciudad de Samaria. Juan nos dice que por tal lugar le "era necesario pasar". Había otro camino más largo, al otro lado del Jordán, que los judíos solían tomar por sus malas relaciones con los samaritanos. Fue la compulsión de su amor hacia los samaritanos, lo que le impulsaba a compartir el Evangelio con ellos. Aunque los judíos odiaban a los samaritanos y éstos a los judíos, ambos profesaban una religión parecida, pero no igual, ya que la religión de los samaritanos era sincretista (es decir: una mezcla de la religión verdadera, con elementos paganos. (2 Reyes 17,1-34)