Los primeros dieciocho versículos de este capítulo conforman lo que se ha definido como el Prólogo. Aquí Juan describe la importancia del tema contenido en su evangelio: la grandeza y gloria de Jesús; además, la reacción del mundo (tanto de los judíos como de los gentiles) y de los creyentes frente a Él. En los primeros versículos, aún sin mencionar Juan el nombre de Jesús, sí nos brinda una descripción de Él. De esta manera la expectación va aumentando al vislumbrar de quién se trata. Finalmente se pone en evidencia que esa persona divina, no es otra que Jesús, el Hijo de Dios. Aquí Juan nos habla acerca de Él en relación con:


- Su Eternidad, "En el principio..."


- Su Comunión con el Padre, "era con Dios"


- Su Divinidad, "el Verbo era Dios"


- Su participación en la Creación, "Todas las cosas por él fueron hechas"


- Sus Atributos Divinos como Vida y Luz, "En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres"


- Su Triunfo sobre las Tinieblas, "La luz en las tinieblas resplandece y las tinieblas no prevalecieron contra ella".