Fue el mejor líbero del mundo en el mundial de vóley en República Dominicana.


La camiseta de la Selección Argentina se la ganó a base de duros entrenamientos, disciplina, esfuerzo, compromiso y responsabilidad.


Fue uno de los íconos del vóley local. Integró selecciones del Oeste Santafesino y selección provincial.


Jugó Liga Argentina con el club que la vio nacer y continúa ligada a la disciplina tratando siempre de dar una mano.