José Bono ha donado casi 20.000 mil documentos a la Fundación Pablo Iglesias como testimonio de su vida familiar y profesional al frente de la presidencia de Castilla La Mancha, como ministro de Defensa y como presidente del Congreso.


Fotografías, documentos, videos, discursos y entrevistas recopilados de forma pormenorizada desde su infancia. Un trabajo ingente que, según el propio Bono “no tiene ningún mérito”.  “Es una cuestión de carácter, yo lo heredé de mi padre”, confiesa en Madrid Directo. “Siempre he creído que era importante ser ordenado, y me ha sido útil a lo largo de la vida”, continúa diciendo.


“Siempre he creído que era importante ser ordenado, y me ha sido útil a lo largo de la vida”

La parte familiar del archivo “es lo más pequeño de estos documentos”, asegura Bono. “Tengo unas 57.000 fotografías clasificadas y datadas. De momento, he hecho públicas unas 11.000”, explica.


“Es un testimonio que ofrezco humildemente a quien pueda interesar. No deseo otro titular que el de la transparencia y animo a otras personas que tienen información significativa de nuestro país a compartirla también”, dice Bono.


Uno de los peores momentos de su vida personal fue el fallecimiento temprano de sus padres. “Mi madre murió embarazada con 42 años. Es una desgracia que me ha acompañado toda la vida.  Luego, mi padre murió en un accidente de circulación. Son heridas que acaban cicatrizando, pero la cicatriz siempre queda”, sostiene.



José Bono destaca otro de los momentos que han marcado su vida, como fue el asesinato de los abogados de Atocha, “incluido mi gran amigo Javier Benavides”; o el asalto al Congreso de Tejero en el 23-F; o el viaje a Turquía cuando ocurrió el fatídico accidente del Yak-42.


Entre los documentos de su vida profesional, Bono aporta una carta del CNI escrita tres días antes de que ocurrieran los atentados del 11-M, y que advertía de un atentado yihadista inminente en España. “Evidentemente no se puede culpar de malicia a quien no le hizo caso a conciencia de que se iba a producir un atentado, pero creyeron que no era una información significativa”, explica el ex ministro de Defensa.



Bono aclara que no ha aportado ningún documento clasificado, de los muchos que, obviamente han paso por sus manos. Así como otros documentos sensibles que ha preferido mantener en privado.


Uno de ellos son los 58 folios de notas con el testimonio del exjefe de la casa del Rey, Sabino Fernández Campos. “Me pidió que escribiera notas de sus experiencias en la Casa Real, que no he querido publicar porque ya hay suficiente mal ambiente con el Rey emérito como para terciar en un debate en el que se pudiera hacer daño a nadie”, sostiene.