Elena García Armada, es una de las 10 científicos más brillantes de nuestro país. Esta ingeniera vallisoletana es la madre del exoesqueleto que ha devuelto la movilidad a niños con tetraplejia o paraplejia y por lo tanto una mejor calidad de vida.


En 2009, Elena conoció a Daniela, una niña con tetraplejia severa. A partir de eso momento, su trabajo se centró en fabricar dispositivos orientados a mejorar las facultades físicas de los niños que sufren enfermedades musculares neurodegenerativas, contribuir a la rehabilitación y aumentar su movilidad.


El pequeño Víctor camina con el exoesqueleto español para niños aprobado ya por la Agencia del Medicamento


Esta científico, especializada en robótica, siente fascinación por el movimiento de estas máquinas, una fascinación que aplicó de manera práctica al exoesqueleto: “Pensé que la mejor terapia sería poder caminar, realizar actividades diarias, por eso me pregunté: ¿qué pasaría si pudiéramos juntar a un niño con uno de estos robots que le aportaran movilidad, fortalecer la musculatura?”.


“Pensé que la mejor terapia sería poder caminar"

Fue así como surgió la idea de ese armazón robótico que se adaptara a su cuerpo y le permitiera la movilidad, explica la científico, quien destaca que es el propio niño quien gobierna su propio movimiento.