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Empezando por el principio, como corresponde, la planta de damasco recibe también otros nombres. Albaricoque, amasco, albergero o chabacano.
En Argentina, a las variedades con frutos más grandes las llamamos “damascas”.

La planta de la que te contaré hoy estaba en el jardín de la casa de mis suegros.

¿Alguna vez viste un frutal con 10 tipos distintos de frutas?
Yo no, hasta el momento en que me puse de novio.
Ese árbol daba frutas durante todo el verano.
Comenzada por las damascas y seguía con las distintas variedades de durazno.
Pelón, maravilla de Córdoba, cristalino, prisco, chato, de envasar y otras variedades más.
Mi suegro pacientemente con los años fue injertando cada una de las ramas.
Conseguía brotes con amigos, vecinos y parientes para sacar las yemas e injertar.
Hoy la planta cumplió su ciclo y deja el espacio a un limonero con ramas de mandarino y pomelo.

Mi admiración por su trabajo me ha llevado a realizar esa práctica de multiplicación en algunos frutales de clientes y amigos.
Pero el récord que tiene de variedades en un solo pie está bastante lejos por ahora.

Y ¿qué opinas tú?
¿Te animarías a injertar y tener varios tipos de frutas en una misma planta?

Claudio. El Jardinerista

PD: Al momento de decidirse unir dos plantas es fundamental que sean parientes muy cercanos. Dos tipos de duraznos, o dos tipos de manzanos, etc.
Entre los frutales de carozo y entre los frutales de pepita.
A medida que el parentesco se va perdiendo, las posibilidades de éxito disminuyen.

PD1: La clase de injertos todavía no la he terminado, pero si deseas aprender a multiplicar plantas, debes ir por aquí.