La gente se confunde creyendo que la ética de trabajo tiene que ver con cuántas horas duermen y esto lleva a agotamiento e infelicidad. Dormir 7-9 horas por noche está perfectamente bien para alguien que quiere “trabajar duro”; la pregunta es cuánto tiempo estás perdiendo cuando estás despierto. No hace falta sacrificar horas de sueño —que además es súper importante— para tener éxito. Se trata de emplear de la forma más eficiente posible las horas que pasas con los ojos abiertos.


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