Al contrario de lo que ocurría hace años, los protocolos actuales de estimulación para las donantes de ovocitos hacen que el riesgo de que aparezca un síndrome de hiperestimulación ovárica sea prácticamente nulo.
En el programa os hablo de este artículo que publicamos en el año 2009:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/18555236/?i=4&from=gómez-Palomares