Tuvimos la buena fortuna de estar en Buenos Aires el día que abrió sus puertas el Centro Teatro Piazzolla, ubicado en uno de esos majestuosos edificios de comienzos del siglo pasado, debidamente renovado, luciendo entonces la arquitectura y colores propios de la época.

Además de admirar un gran espectáculo visual y musical, dedicado por entero a ese gran maestro de la renovación tanguera, pudimos también apreciar una colección magnífica, auspiciada por la familia del músico, de una cantidad de objetos relacionados, como lo son, discos, partituras originales, diversos bandoneones usados por Piazzolla, fotografías y un largo etcétera, todo lo cual hizo que disfrutáramos de una noche memorable e inolvidable.