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1: El caso de Anaudi

En qué quedó

English - August 31, 2020 14:19 - 21 minutes - 194 KB - ★★★★★ - 715 ratings
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Next Episode: 2: Yatea

Un escándalo de corrupción que sacudió al País, y al Partido Popular Democrático (PPD), en el 2015. La Fiscalía Federal en Puerto Rico por voz de su jefa, Rosa Emilia Rodríguez, acusó a diez personas en uno de los esquemas de inversionismo político más grandes que ha visto la Isla. Desde entonces, la promesa fue clara: acabar con el llamado ‘amiguismo político’ que drena los fondos públicos que suponen dirigirse a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Cinco años después, ¿qué ha pasado con los acusados? ¿Qué ha quedado de las expectativas generadas por los federales? ¿Qué precio pagan los corruptos?

Anfitrionas

Valeria Collazo Cañizares
Adriana De Jesús Salamán

Edición

Víctor Ramos

Música original

Rigoazulado

Música adicional

Truth in the Stones by Kevin MacLeod
Link: https://incompetech.filmmusic.io/song/4550-truth-in-the-stones

Sancho Panza gets a Latte by Kevin MacLeod
Link: https://incompetech.filmmusic.io/song/4317-sancho-panza-gets-a-latte

On the Ground by Kevin MacLeod
Link: https://incompetech.filmmusic.io/song/4165-on-the-ground

Lightless Dawn by Kevin MacLeod
Link: https://incompetech.filmmusic.io/song/3982-lightless-dawn

Sincerely by Kevin MacLeod
Link: https://incompetech.filmmusic.io/song/5033-sincerely

Transcripción

Había lo que suele haber en una fiesta de lujo. Era la noche de San Valentín del año 2011. En una mansión en la costa de Aguadilla, estaba empezando el romance. Era la primera actividad de recaudación de fondos que Anaudi Hernández organizaba para Alejandro García Padilla.

INTRO

Sobre Anaudi, se conocía poco. Sí, en el pueblo se comentaba que era el dueño de la mansión donde se reunían políticos y empresarios influyentes, pero no se sabía mucho acerca de cómo amasó su fortuna. Anaudi tenía un negocio de venta de celulares. Su efectividad como recaudador político, le aseguró un botín. Llovían los contratos y los billetes.

Hasta que…

Archivo Rosa Emilia Rodríguez: “Un gran jurado federal emitió una acusación de 25 cargos en contra del empresario Anaudi Hernández Pérez y otras nueve personas…”.

Anaudi fue identificado como cabecilla de una conspiración para cometer fraude por 2 millones de dólares contra la Administración de Desarrollo Laboral, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados y la Cámara de Representantes.

Según declaró el propio Anaudi, tras la victoria del partido popular en el 2012, decidió crear empresas para lograr contratos con el gobierno.

Archivo Rosa Emilia Rodríguez: “Estas corporaciones no tenían el peritaje, ni la experiencia para dar los servicios requeridos. De hecho, muchas fueron creadas, precisamente, por el resultado de las elecciones”.

Anaudi había recaudado más de 700 mil dólares para las campañas de figuras como el gobernador Alejandro García Padilla y el presidente de la Cámara, Jaime Perelló. Su voz tenía peso. Sus deseos, tal parece, eran órdenes. Tenía línea directa. Su relación con el Gobernador y su familia era tan estrecha, que hasta viajaron juntos a Europa.

Para el cumpleaños de Anaudi en el 2013, la Oficina de la Primera Dama se encargó de organizar la celebración en la suite del Gobernador en el Choliseo. Pidieron botellas de champán, fresas con crema batida, bandejas de mariscos y sushi. Fue durante un concierto de Don Omar.

Cuando reventó el caso en el 2015, todos intentaron distanciarse. Pero los ojos estaban puestos en el Gobernador, en el presidente de la Cámara y en la palabra clave de los federales: los “co-conspiradores”.

Archivo Alejandro García Padilla: “En primer lugar, de lo dicho, no se desprende ninguna ilegalidad contra mí o contra ningún miembro de mi familia, tan siquiera. De lo dicho, no se desprende ninguna”.

Anaudi tenía una libreta donde anotaba los gastos que hacía para comprar influencias. Ahí anotó 440 dólares para una puta (excusen la palabra, fue la que él usó) para Gerry García Padilla, el hermano del Gobernador. A Gerry, precisamente, le enviaba listas de empleados de confianza que quería sacar y luego incluía los nombres de los que quería poner. Una de esas fue Sally López. En ese correo electrónico, Anaudi le dijo a Gerry: “Ayúdame con esto. Es importante para mí”. Una semana después, Sally López fue nombrada por el Gobernador como jefa de la Administración de Desarrollo Laboral. Anaudi le regaló taquillas para conciertos, carteras de diseñador, zapatos y un celular. Luego, consiguió contratos de cientos de miles de dólares con ADL.

En la triple A, la vicepresidenta, Ivonne Falcón y la directora de compras, Sonia Barreto, también fueron acusadas de participar en el esquema. Un contratista testificó que había sido extorsionado para poder cobrar facturas pendientes en la corporación pública.

En la Cámara, los contratos fatulos se hicieron evidentes.

Un cuadro telefónico que nunca funcionó. El expresidente legislativo, Jaime Perelló, también se había hecho muy amigo de Anaudi y hasta le pidió prestada su mansión con vista al mar. Perelló no fue acusado en el caso federal, pero sí el administrador de la Cámara, su ayudante y el director de la Oficina de Tecnología.

Archivo Jaime Perelló: Cuando me preguntan a mí, ¿usted va a renunciar? ¿Pero por qué yo voy a renunciar? Si yo no he sido acusado de nada…

Se habló de limpiar la casa de parásitos y garrapatas. Se habló de una segunda ronda de arrestos. Pero, ¿en qué quedó todo esto?

El 18 de febrero de 2016, Anaudi se declaró culpable de 14 cargos. Del resto de los acusados, otros cinco también hicieron alegación de culpabilidad.

De estos cinco, la pena más alta le fue impuesta al exadministrador de la Cámara de Representantes, Xavier González: Tres años de cárcel por conspirar para cometer fraude electrónico y malversar fondos públicos. Ahora se encuentra en libertad supervisada.

Solo cuatro acusados fueron a juicio por jurado: Sally López, Marielis e Ivonne Falcón y Glenn Rivera Pizarro. En octubre de 2016, fueron hallados culpables de todos sus respectivos cargos, que incluían extorsión, conspiración para cometer fraude electrónico y soborno.

Archivo Rosa Emilia Rodríguez: “Es motivo de celebración. Se hizo justicia. ‘¿Qué mensaje se está enviando?’ Se está enviando un mensaje de cero tolerancia a la corrupción”.

Sally López fue la primera sentenciada de estos cuatro, en agosto de 2017.

Al día de hoy, Sally López sigue encarcelada en una prisión federal de baja seguridad en Danbury, Connecticut. Durante la pandemia, la cárcel se convirtió en un foco de infección de COVID-19. A través de su abogado, la confinada solicitó a la Corte liberación temporera, pero le fue denegada. Su caso está en apelación en el Primer Circuito de Boston. Su defensa, encabezada por Joaquín Monserrate Matienzo, también radicó una moción de reconsideración de sentencia.

Lcdo. Joaquín Monserrate Matienzo: “Entendiendo que era completamente excesiva la sentencia impuesta a esa joven muchacha por lo imputado. Alegadamente, según gobierno, le dio contratos a Anaudi a cambio de una cartera que recibió de regalo.(…) Me estás pidiendo que explique algo que es totalmente absurdo, es abusivo”.

Sally es la única tras las rejas hoy. Cinco años más tarde, Ivonne, Marielis y Glenn aún no han sido sentenciados.

Lcdo. Goodwin Aldarondo: “No sé por qué se ha dilatado tanto. El juez puede tener múltiples consideraciones, que uno no está ahí para saberlas”.

Este es el abogado de Ivonne Falcón, Godwin Aldarondo. En agosto de 2020, solicitó a la Corte que revirtiera el veredicto y desestimara todos los cargos contra su clienta. En su petición, sostiene que ninguno de los testigos logró implicarla en una conducta ilícita. Tiene la teoría de que al atender todos los casos juntos, los fiscales confundieron al jurado.

Lcdo. Goodwin Aldarondo: “Eso creó una confusión enorme, ya que fiscales usan técnica de que saltan de unos hechos a otros. De la Cámara a ADL y a la AAA y volvían a la Cámara. (…) En la mente del jurado, se creó la imagen de que mi cliente había participado en esos otros esquemas, de la Cámara, por ejemplo”.

Por ahora, a la exvicepresidenta de la triple A le toca seguir esperando.

Lcdo. Goodwin Aldarondo: “Esto puede coger fácil seis meses más. Yo espero que no se siga dilatando más”.

Hay un elefante en el cuarto. Es Anaudi. Sabemos que se declaró culpable hace más de cuatro años, pero no sabemos dónde está. Lo imaginamos con mameluco de presidio. Se convirtió en el corrupto más popular de los Populares.

Lcdo. Osvaldo Carlo: “Bien, ¿y tú? ¿Cómo estás?”

El exfiscal federal Osvaldo Carlo es el abogado de Anaudi. Les ahorraremos tiempo: Anaudi no está preso.

Lcdo. Osvaldo Carlo: “Anaudi Hernández es un cooperador en el caso. Cuando hay un acuerdo de cooperación, la norma es que hasta que el caso no termina, y no se vean todos los juicios y no termine el proceso, los cooperadores no se sentencian”.

Mientras continúen los procesos de apelación de otros acusados, Anaudi seguirá libre y sin sentencia.

Lcdo. Osvaldo Carlo: “Él está ahora mismo con restricción domiciliaria. O sea que no tiene la movilidad que tenemos todos nosotros. Ha estado prácticamente en el lugar donde reside todos estos años”.

Anaudi sigue con su negocio de alquiler a corto plazo. Una noche en Casa Herdz, su mansión de 8,900 pies cuadrados en Aguadilla, sale casi en $2,000. La propiedad no fue embargada por los federales, solo tiene un aviso de confiscación.

Lcdo. Osvaldo Carlo: “Esa propiedad, él es dueño de ella previo a todos estos eventos. Es una propiedad que respondería como una garantía por la cantidad que se le imponga de restitución en el caso”.

Así lo ve el abogado de Sally López…

Lcdo. Joaquín Monserrate Matienzo: “Él fue el que hizo todo el dinero, él que fue el que se lucró de todas esas maquinaciones. Y está ahí, premiado, disfrutando de su libertad en la calle”.

¿Qué pasó con los funcionarios en posiciones más altas?
Salpicado de pies a cabeza por el escándalo, Jaime Perelló renunció a la presidencia de la Cámara de Representantes en agosto de 2016, horas después de que Anaudi comenzara a testificar en el juicio federal contra los otros acusados.

Jaime Perelló: “La razón de renunciar a la presidencia no era por que yo hubiese cometido un acto incorrecto, es que la presión política que había sobre los miembros de mi delegación era muy fuerte, incluso en mi propio partido”.

Es la primera entrevista que Perelló concede sobre el tema. Dice que fue víctima de un proceso injusto, de noticias incorrectas y de ataques políticos, en medio del torbellino de un año electoral.

Jaime Perelló: “Si alguien ha sido investigado en este país, he sido yo. Al final del camino, se demostró que yo no seré perfecto, pero no soy un pillo”.

A nivel estatal, donde sí fue acusado, el expresidente cameral llegó a un acuerdo con el FEI el año pasado para declararse culpable por dos cargos menos graves por negligencia en el cumplimiento del deber y violación al Código Electoral. Pagó 5 mil dólares en multas.

Jaime Perelló: “No hay restitución impuesta por el tribunal. Yo no me robé nada y eso quedó claro en el proceso. ¿Qué hay hoy? Un servidor público que se le acusó de muchísimas cosas y ninguna se pudo probar. Y terminó pagando una multa por supervisión, porque un subalterno no hizo las cosas correctas”.

Ya no habla con su amigo.

Jaime Perelló: “Yo no tengo ninguna comunicación, ni relación con Anaudi. En aquel momento, nunca negué que tenía algún tipo de relación con él. Una cosa no tiene que ver con la otra”.

Llamamos al exgobernador Alejandro García Padilla, pero no quiere hablar del tema. Lo enterró. Solo soltó una de las frases más gastadas por los políticos en estas circunstancias: “Fue un caso doloroso y aislado”.

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