Iurgi Beraza murió atropellado hace dos años en un camino vecinal justo detrás de su casa. Pero el automovilista causante del atropello alteró la escena del accidente: Movió el vehículo, cogió al niño moribundo en brazos y lo llevó hasta la casa de sus aitas. Iosu y Agurtzane nunca se han creído las conclusiones a las que llegó el atestado de la Ertzaintza. Porque este informe contradice al propio forense, que determinó que las lesiones del niño corresponden a un atropello a más de 50 km/h. Y esta carretera tiene una limitación de 20 km/h. Además, ese vehículo no podía circular por allí ese día porque eran fechas de estricto confinamiento por la pandemia de COVID-19.
Informes contradictorios

La mayor angustia de estos aitas es conocer qué ocurrió realmente con el atropello de Iurgi. El escenario del accidente fue modificado por el propio implicado y los peritos contratados por la pareja se han basado en los propias pruebas recabadas por el Ertzaintza. Sus conclusiones contradicen al atestado de la Ertzaintza. El Juzgado de Instrucción nº 4 de Gernika, ha archivado el caso de Iurgi. Pero estos aitas lo han recurrido tras aportar un informe pericial de la empresa ITRASA.  Han utilizado las últimas tecnologías y han podido determinar que el vehículo causante del atropello circulaba a una velocidad indebida. Y que el atestado policial introduce errores en las dimensiones del vehículo y de la calzada. Además,  no aporta cálculos de velocidad ni hace un croquis escalado real. Recalcan que el conductor del automóvil no fue sometido a la prueba de drogas. Ahora, con este nuevo informe, Iosu y Agurtzane esperan reabrir el caso y poder iniciar el duelo por su hijo, algo que todavía no han podido conseguir.