Fundación Mapfre estima que si se hiciera una inversión de 1.800 millones de euros en mejorar el estado de las vías convencionales podrían evitarse hasta 300 vidas al año. Y más de 800 heridos graves por siniestros de tráfico. Y es que estas vías son las más comunes en la red de carreteras del Estado. Jesús Monclús es el director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre: "Se trata de una inversión que puede parecer elevada, pero que lleva asociado un retorno socioeconómico incuestionable en un plazo de tiempo muy corto, entre 2 y 4 años. La prevención es la inversión más rentable, pero reducir al máximo el número de víctimas mortales y graves a coste cero no es realista. No invertir, o invertir poco, supone miles de tragedias al año”. También asegura que "las cifras de siniestralidad no se reducen de una manera significativa y hemos vuelto a la casilla de salida, justo antes de la pandemia".
Autopistas y carreteras
La diferencia que hay entre una autopista y una carretera es que la probabilidad de una colisión frontal es mucho menor. Es muy difícil también salirse de un carril y caer por un barranco. Además, el  índice de mortalidad en una autopista /autovía es cuatro veces menor que en una carretera convencional. Según los datos de la DGT, en 2023, un total de 849 personas perdieron la vida en siniestros que tuvieron lugar en vías convencionales, 21 personas más que en 2022. Mientras que, en vías de alta capacidad como autovías y autopistas, los fallecidos disminuyeron respecto al año anterior. Concretamente perdieron la vida 296 personas, 24 menos que en 2022.