Los consumidores habituales de plátano de Canarias se han encontrado en las últimas semanas con una subida de precios. E incluso, con falta de producto. Una incidencia climatológica es la causa de que haya entrado a la Península la mitad de plátano de lo habitual. Nos lo ha explicado Jorge, mayorista de MercaBilbao en Plátanos Tito: "El año pasado en las islas tuvieron un clima demasiado caluroso y en un momento dado, las plantas se adelantaron y se juntó toda la producción. Eso abarató mucho los precios durante casi seis meses. E incluso tuvieron que destruir kilos porque el mercado no admitía tanta cantidad" . Pero tras esta cosecha récord el excesivo calor y el granizo han reducido la producción: "Llegan menos al mercado pero la demanda se mantiene. Y el público no sustituye al plátano de Canarias  por otras opciones. Es la ley de la oferta y la demanda". Actualmente están llegando a la península 4 millones cien mil kilos de plátanos a la semana. Pero deberían estar llegando el doble.
Aprovisionamiento de plátanos

Algunos minoristas de fruta de Bizkaia se han quejado de que hay que pedir el plátano mediante una reserva previa a los mayoristas. Jorge dice que "es una cuestión de cuidar al cliente habitual.  En las fruterías de detalle hacen exactamente lo mismo que tenemos que hacer nosotros . Y creo, además, que es lo que se merecen  los clientes. Si tú quieres fidelizar, tienes que tener un detalle con la gente que a las duras y a las maduras está contigo".  En cuanto a los precios, Jorge resalta que "la gente no se queja porque las cerezas estén a 10 euros el kilo. O los kiwis amarillos, a 8 euros. El precio del plátano se moderará en las primeras semanas de julio. Pero hay que recordar que es un producto muy barato en relación a su extraordinaria calidad".

¿Cómo llegan los plátanos?
Nuestro interlocutor nos ha rectificado en una información: Los plátanos de Canarias llegan a la Península en barco. Concretamente, a puertos del sur como Cádiz o Sevilla. Y luego por transporte terrestre a toda la península. Aunque durante muchos años entraban en barco por Bilbao y descargaban frente a la Universidad de Deusto, cerca de lo que hoy es el Museo Guggenheim.  Pero con la recuperación de la zona de Abandoibarra los barcos plataneros dejaron de entrar.