Burundanga es una obra que refleja, de una manera original y absurda, el final de la banda terrorista ETA, con una trama llena de intriga y humor, partiendo de un lío amoroso. Tres ingredientes que bien mezclados han conseguido la complicada alquimia de convertirse en un éxito teatral. Llega este fin de semana al Teatro Campos Elíseos y charlamos con su director Gabriel Olivares.

Burundanga empieza como una obra protagonizada por personajes con los que cualquiera se puede sentir fácilmente identificado, y plantea un dilema que todos en algún momento hemos podido vivir.

Berta, embarazada de Manel, no sabe si él la quiere lo suficiente como para seguir con el embarazo. Silvia, su compañera de piso, farmacéutica que acaba de empezar su carrera, le propone administrarle a su novio una dosis de escopolamina (conocida como «burundanga»), droga que lo dejará a merced de las preguntas de ella y sin voluntad para mentir. Berta lo hace y descubre no solo lo que pretendía saber sino también otra verdad inesperada que hará explotar por los aires un lío de consecuencias imprevisibles. Resulta que Manel es miembro de la banda terrorista ETA.