El robo de la Virgen del Cristal, una joya única en el mundo, o los atracos del Solitario son el ejemplo de que, en ocasiones, los delincuentes se convierten en criminales para poder hacerse con un botín.
Por un lado, las bondades de internet como herramienta para los investigadores, al otro, internet utilizado como gancho o, prácticamente, como arma homicida. Así se cometen los nuevos crímenes: tras la máscara de Internet.